jueves, 20 de septiembre de 2012

No me imaginaba a Casas pelado

Compartimos esta entrevista (un poco contradictoria entre el medio y el mensaje quizás . . .) a Fabián Casas (igual hay que decir que las preguntas del entrevistador son bastante aceptables... y es muy gracioso cuando pregunta ¿Bombas?)

http://www.lanacion.com.ar/1505287-las-personas-luchan-por-su-esclavitud-por-eso-tinelli-y-lanata-son-los-pensadores-mas-grandes-del-pais

lunes, 9 de julio de 2012

Desahogo (micro-relato)


No esperaba encontrarla. Su imagen lo sofocó. Sintió que se ahogaba, el aire no le llegaba los pulmones y era incapaz de atraerlo hacia su garganta. Con fuerzas sobrehumanas, logró contestar: “Ah si, el día del Tigre”. Apenas se distinguía el rostro de la joven, tapado por la oscuridad de la foto blanco y negro. Él detrás, mirando hacia otro lado. Nunca más la vio. Pero la recordaba siempre, al punto de poder distinguir su rostro en esa mancha negra que la remplazaba en la fotografía. Ella también se ahogó.

M.

Sección: posteo lo que se me anotoja

Comparto un pequeño texto de un amigo. El mismo desató una breve pero interesante discusión sobre la pertinencia o no del elemento que falta en el relato. 


Y si un dia me acuesto temprano, tipo 23? Y si al otro día me levanto antes de que suene el despertador, lúcido, con todas las ganas de cambiar el mundo? Y si voy a trabajar alegre, le soy super funcional a la empresa y todos me felicitan? Y si salgo del trabajo y en vez de estar cansado sigo con las mismas energías de la mañana? Y si me cruzo con la gente por la calle, voy ayudando y haciendo reir por doquier? Y si llego al profesorado, estoy atento en la clase, participo y hago participar, y la clase sale estupenda? Y si salgo del profesorado, me dirijo a la casa de mi madre y mi hermano y ceno con ellos y les cuento de lo genial que ha sido mi día? Y si les doy ánimo con sus pálidas diarias y les contagio mi energía? Y, si yéndome de lo de mi madre me cruzo a una mujer llorando en la calle, esperando un colectivo en la parada, le hablo, y la hago reir? Y si me besa? Y si por un momento creo que existe el amor a primera vista? Y si esa noche viene a domir a mi casa, exploramos nuestros cuerpos en mi cama y me dice que nunca antes se había sentido tan bien? Y si coincido con ella? Y si nos dormimos con una sonrisa en la cara? Y si al otro día no es sábado? Y hay que ir a trabajar? Y si nos quedamos profundamente dormidos y no escucho el despertador? Ya no van a felicitarme en el trabajo, no?



Un saludo!
En breve más textos propios y menos robo


M.

martes, 3 de julio de 2012

Consigna: Odio "mortal" entre dos personas


No se pueden ver, ni se cruzan. La última vez que las vi charlando fue días antes de ese hecho que marcó su relación para siempre, en la reunión de vecinos de la zona. Recuerdo que hablaban del problema del vecino de Freire al 1034, al que la semana anterior le habían robado.
Entre ellas siempre se contaban todo, tenían una amistad inquebrantable. Se conocían desde chicas, gracias a que la familia de una vivía al lado de la otra y eran inseparables;
Fueron al mismo colegio desde jardín, egresaron en el mismo año, y juntas (con sus familias) se fueron de vacaciones a Mar del Plata. En ese viaje, se habían sacado una foto, que siempre que entrabas a la casa de Berta, la mejor amiga de mi hermana Clelia, la veías. Lo que más me llamaba la atención de esa foto eran sus sonrisas: Se las veía dentro de todo contentas, siendo la chica de la derecha la que expresa más, esbozando una sonrisa casi de oreja a oreja. La otra mujer es más bien reservada en ese punto, y solo muestra una mínima mueca, parecida más a la seña de una carta de gran valor en el truco que a una sonrisa. Nunca supe cuál era cuál ni tampoco lo pregunté, por miedo al ridículo.
Desde afuera, a ellas se las veía felices, inseparables, por lo que en lo que menos se pensaba era que iban a terminar totalmente distanciadas, como si vivieran en dos mundos diferentes.
Todo comenzó allá por los años 90, cuando mi hermana se casó con Roberto,  un albañil de la zona del cual se enamoró perdidamente. Al principio, a la familia no le gustaba ni medio esa relación (yo incluido), pero terminaron aceptándola. Roberto era un hombre de pocas palabras cuando nos reuníamos en casa de mamá a comer. Serio en su vida y en su trabajo, pero totalmente diferente puertas para adentro con Clelia.
Berta parecía no gustarle el tipo de persona que era Roberto, lo veía como alguien inferior por el solo hecho de trabajar de albañil, algo que según ella era “para los que nunca estudiaron nada”.  A partir de la aparición de él, algo se empezó a romper en la relación entre ellas dos, no se sabía por qué, aunque yo supuse todo el tiempo que era por mera cuestión de afinidad entre Berta y Roberto. La cuestión es que dejaron de hablarse seguido entre ellas. Mi hermana estaba preocupada porque veía como Berta buscaba evitarla, sin siquiera comentarle la razón. Eso ya era raro.
Más raro aún fueron las constantes llamadas de Berta al albañil, a lo que Roberto solo comentaba que era “cuestión de trabajo”.
A todo esto, se le sumaba que Berta ya comenzaba a hablar mal de mi hermana en todos lados, como si tuviera un odio contenido hacia ella, pero quien sabe porqué.
Una tarde, sin Roberto en la casa (trabajaba) fui a comentarle esto a mi hermana. Ella, totalmente sorprendida, salió disparada hacia la casa de su amiga de toda la vida, buscando respuestas. Allí encontró algo más que una respuesta: vio salir de la casa de Clelia a Roberto, quienes se despidieron besándose apasionadamente, como si ellos fueran pareja de toda la vida. Ahí, a Clelia le cerró todo, dándose cuenta que desde hacía ya unos meses Berta era la amante de su marido. En el momento, comenzó a pronunciar cataratas de barbaridades que se escuchó prácticamente a lo largo y a lo ancho de todo Colegiales, para después exigirle explicaciones a Roberto, al que terminó echando de la casa.
Al día siguiente, todavía bastante shockeada por la situación, fue a casa de Berta, con el solo fin de devolverle los tantos recuerdos y regalos que se habían hecho una a la otra.
A partir de ese momento, nunca más se volvieron a ver, siendo Clelia la persona que terminó llena de odio hacia la que era su amiga de toda la vida, algo totalmente impensado.

Hecho por Juan Manuel Cardozo